Asesinato de cura en Michoacán podría estar vinculado a grupos del crimen organizado


El estado de Michoacán es una entidad en la que tienen presencia diversos grupos delictivos.
Foto: Administración Municipal de Tancítaro / Cortesía
La violencia que produce el crimen organizado en México ha escalado a tal punto que ninguna parte de la sociedad se salva, incluidos los representantes de la Iglesia Católica, como lo demostró recientemente el asesinato de un sacerdote Javier García Villafaña.
Fue hace unos días que se dio a conocer el hallazgo de su cuerpo sin vida en un vehículo en una carretera de Michoacán, el cual presentaba varios impactos de bala.
Aunque aún se desconoce el móvil de este crimen y la identidad de los responsables, el fiscal Adrián López Solís dio a conocer en conferencia de prensa que el caso podría estar relacionado con el crimen organizado.
“El estilo de los elementos en la escena del crimen puede señalarnos la firma de un determinado comportamiento delictivo, puede tener algo que ver, pero en este momento no podemos confirmarlo ni descartarlo, es una posibilidad”, agregó. señaló el funcionario.
Cabe recordar que el estado de Michoacán es una entidad en la que están presentes diversos colectivos como El cártel de Jalisco de nueva generación, La familia michoacana y cárteles unidosentre otros, que se disputan el territorio como punto clave para el narcotráfico.
La Iglesia busca justicia
Tras el asesinato de García Villafaña, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) se pronunció al respecto, que en un comunicado pidió a las autoridades identificar y sancionar a los responsables de este asesinato, afirmando que no dejarán que el crimen quede en la impunidad. . .
“Hacemos un llamado urgente a las autoridades competentes a realizar una investigación exhaustiva y transparente que conduzca a la identificación y sanción de los responsables. No podemos permitir que estos y otros actos similares queden impunes.«, dice el documento de la Iglesia mexicana.
Según la agencia AP, al menos nueve líderes religiosos han sido asesinados en México en los últimos cinco años, siendo el último caso el de García Villafaña, aunque el día anterior a este asesinato hubo un atentado contra el sacerdote Faustino Armendáriz Jiménez, arzobispo de la Estado de Durango.
Además, en junio pasado, los jesuitas mexicanos Javier Campos Morales y Joaquín Mora Salazar fueron asesinados en el norteño estado de Chihuahua.
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